Castillo de Allendelagua
El castillo de Allendelagua es una antigua fortificación cuyos restos se encuentran en Allendelagua (municipio de Castro Urdiales, en la comunidad autónoma española de Cantabria), situada en una loma rocosa, fuera de cualquier acceso rodado, y construido seguramente entre los siglos XIV y XV.
Está protegido por la declaración genérica del decreto de 22 de abril de 1949 y la ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español. Se encuentra en un estado muy avanzado de ruina, quedando sólo el arranque de sus muros, casi imperceptibles entre grandes rocas. Las leyendas que circulan en torno a la construcción atribuyen su autoría a los templarios, pero los estudios mencionados y su datanción desmienten esta hipótesis.
La leyenda templaria del castillo
Según cuenta la tradición, un valido del rey Fernando IV, Camilo de Carvajales, perdió la confianza del soberano y decidió a ingresar en la Orden de Los Templarios. Como tal caballero participó en tres campañas en Tierra Santa, decidiendo terminar sus días retirado con los monjes en la fortaleza-monasterio que la Orden poseía en las cercanías de Castro Urdiales, vigilando el mar Cantábrico.
Un día, mientras rezaba en el bosque, al caballero se el apareció un ave que terminó por convertirse en una hermosa joven. El caballero, prendado de la muchacha, corrió tras ella terminando por precipitarse al mar. Solo se encontró la capa del caballero flotando en el mar. Un día, mientras los monjes rezaban por su alma, y en plena tormenta, se les apareció el caballero como un espectro que, tras decirles que estaba condenado en el infierno, desapareció con un desgarrador alarido. Tras la terrible experiencia, los monjes abandonaron el castillo.
La leyenda relata que en los días de tormenta aún puede escucharse los quejosos gritos del caballero templario en las ruinas de la fortaleza.
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